El término talento líquido ha tomado espacio en las conversaciones sobre la transformación digital de las empresas. Y la razón es totalmente lógica.

Se refiere a ese personal que se adapta a los retos y proyectos empresariales de forma tan natural que parecen peces en el agua. Se reinventan en cada ocasión y ponen lo mejor de sí para cumplir los objetivos.

Esa versatilidad y capacidad de fluir por entre los proyectos de la empresa, hacen que el talento líquido se llame así. De seguro en tu empresa hay algunos empleados con esas características.

Y es el momento de identificar ese talento líquido y potenciarlo. La COVID-19 nos mostró que el camino para sobrevivir en el futuro inmediato y permanecer mucho más allá es el mundo digital.

De ocurrir otra pandemia, las empresas que no estén preparadas tendrán muchos problemas para enfrentar ese reto, que de seguro traerá nuevas oportunidades. El objetivo es adelantarse para evitar la incertidumbre.

La importancia del talento líquido

¿Para qué requiere tu empresa colaboradores que se adapten a cada proyecto y superen los retos con mucha naturalidad? La pregunta se responde sola.

Hoy el talento líquido es una ventaja competitiva tanto como lo es una tradición de años, la ubicación perfecta y un plan acertado de marketing.

El talento líquido se ha convertido en el factor que encabeza los cambios en las organizaciones, la primera avanzada hacia la trasformación digital.

Que sea un talento contagioso

No todos en la empresa cumplen las características del talento líquido. Por ello, lo primero es reconocerlos y aprovechar sus habilidades.

Pero, ¿qué pasa con el resto? Allí entra el rol más importante de la compañía. Y es algo de lo que ya hemos hablado antes: cambio de mentalidad.

La transformación digital es un proceso que debe ir de adentro hacia afuera, como un compromiso de cultura empresarial y transversal. Que cubra todas las áreas, sea productiva, administrativa o de ventas.