Ya se usa LiFi en algunos casos concretos en diferentes partes del mundo, pero esta tecnología parece estar muy lejos de volverse comercial. O tal vez no, debido a avances puntuales que vamos aquí presentamos.

Desde 2011 se habla de LiFi (Light Fidelity, en inglés), que es la transmisión de datos, como WiFi, pero usando luz visible en vez de ondas de radio. El término lo acuñó Harald Hass, profesor de la Universidad de Edimburgo, en las conferencias TED de ese año.

Más de una década después, la tecnología LiFi aún no se usa masivamente y tampoco se ve como fuerte rival del WiFi, sino como un complemento. Las aplicaciones que ha tenido últimamente así lo demuestran.

Ventajas de la tecnología LiFi

Pero tiene ventajas importantes, como la velocidad. Bajo esta tecnología, Kyocera anunció hace poco un sistema capaz de ofrecer 90 Gpbs, o 100 veces la rapidez del 5G. Y de acuerdo a reportes consultados por la web especializada Xataka, las pruebas de laboratorio alcanzan para Lifi unos 224 Gpbs.

Además, una conexión de LiFi no puede ser atacada ni espiada ni intervenida por un intruso.

Pero, al ser luz visible de una bombilla LED, hay que recordar que no atraviesa paredes y que los dispositivos deben estar debidamente alineados. “Esta tecnología está pensada para ser utilizada a menos de cuatro metros. Cuando no hay línea de visión directa con el emisor, la conexión se corta. Si tenemos un móvil con LiFi, y lo ponemos en el bolsillo, nos quedamos sin conexión”, explicaron en PureLiFi, una empresa que avanza en soluciones con esta tecnología y las mostró en el más reciente Mobile Word Congress de Barcelona a Xataka.


Situaciones en las que ya se usa LiFi

Los hospitales fueron los primeros en verle el lado positivo a LiFi. En 2014, el Hospital Central de Perpiñán usó la tecnología para ofrecer internet en zonas donde los pacientes no podían exponerse a ondas de radio.

Evidentemente, no hay aplicaciones masivas de esta tecnología, pero ya se usa en ciertos aspectos del ámbito militar, la salud y la educación. Nada comercial hasta ahora. Fue usado en una escuela de Centre-Val de Loire, en Francia, en una sola aula con un costo de 2.500 euros. El resultado fue que los alumnos tuvieron mejor conexión y se descongestionó la red WiFi del centro educativo.

En un supermercado de París se usaron  bombillas conectadas a LiFi para ofrecer cupones de descuento personalizados a clientes de manera anónima. Y el museo Grand Curtius, en Lieja, también ha utilizado bombillas LED para geolocalizar a usuarios a lo largo del museo y ofrecerles información en el ángulo adecuado, con representaciones en 3D.

Los lugares donde ya se usa LiFi muestran que son nichos, lugares específicos y que refuerzan sus conexiones. Además, aprovechan las ventajas específicas de la tecnología.