Los monitores inalámbricos están a la vuelta de la esquina. La tendencia de evitar los cables que hoy existe en los dispositivos como computadoras portátiles se está extendiendo por toda la casa.

Y así surgen los monitores sin cables, que aún no son muchos los que se ofrecen en el mercado, pero ya son apetecibles.

Una de las principales funcionalidades es la de conectarse a la computadora de forma inalámbrica. El objetivo es huir de “decoraciones” llenas de cables y hacer eficiente la vida en el hogar y la oficina.

Monitores inalámbricos: sincronización perfecta y otras ventajas

Los monitores inalámbricos son ideales para sincronizar varios dispositivos, se puede hacer de forma mucho más sencilla.

Otra de las cosas que hace llamativos los monitores inalámbricos es el avance que significan. Al punto que muchos humanos ni siquiera han escuchado hablar de ellos.

Y no saben, por ejemplo, que pueden tener una mesa de trabajo mucho más limpia y despejada.

Cómo funcionan los monitores inalámbricos

Los monitores inalámbricos usan dos tecnologías con las que estamos conviviendo desde hace algunos años y son comunes.

Se trata de la conexión WiFi o la Bluetooth, así de sencillo. Y esto es muy versátil, porque un monitor inalámbrico puede conectarse con una computadora de escritorio o portátil, teléfonos móviles, tabletas y todo de dispositivos.

Además, el uso es muy intuitivo. Una vez conectado, o sincronizado a la computadora, todo va a funcionar de la misma manera y con la misma eficacia de ese equipo.

No todo es bueno: las desventajas

El principal problema de los monitores inalámbricos es la lentitud, porque su funcionamiento dependerá de la conexión a internet.

En los momentos en los que reciben muchos datos, por muy buena conexión que tengamos, siempre serán un poco más lentos que aquellas que van con cable.

La latencia es otro de los problemas ya visibles en los monitores inalámbricos. Pero, como en el caso de la lentitud dependerá mucho de la calidad de conexión.

Si vas a comprar un monitor inalámbrico toma en cuenta:

  • Tamaño acorde a las necesidades, gusto y el espacio.
  • Resolución entre los 2K a 4K.
  • Conexión inalámbrica actual y robusta, como WiFi Direct y AirPlay, de Apple.
  • Tiempo de respuesta igual o mayor a 5 ms y frecuencia entre los 60 a 120 Hz.
  • Algunos puertos de respaldo, como HDMI, Display Port, VGA o USB A y si tiene de Tipo C mejor.