Drones de guerra están al servicio de ambos lados en la invasión que Rusia lanzó sobre Ucrania hace ya casi tres meses. En cada bando el aprovechamiento de la tecnología ha dado frutos, pero más del lado ucraniano.

Es tal la participación de estos dispositivos, que los drones se han vuelto esenciales para la población civil. Son tan famosos que un separatista prorruso en el Donbás ha fabricado una escopeta casera para derribarlos.

Es toda una muestra de cómo la tecnología, bien usada, puede darle a vuelta a una guerra con resolución aparentemente clara.

Una de las características de los drones, y lo que los hace tan populares en esta guerra, es que son fáciles de operar. Además, sirven para tareas de vigilancia y el envío de pequeños paquetes explosivos y sorpresivos. También han ayudado a desvelar crímenes de guerra.

Pero el uso de los drones en la guerra de Ucrania está yendo más allá: en la labores de reconocimiento y ataque. Kyiv posee los dispositivos armados ‘TB2’ de origen turco, ‘Switchblade’ de Estados Unidos y también tiene los modelos logísticos del Reino Unido.

La necesidad ha llevado a Ucrania a tomar modelos comerciales de drones y adaptarlos para la guerra, con algún tipo de proyectil, como granadas. Ese es el caso de los populares DJI chinos, cuyo fabricante anunció el fin de su venta en los dos países en conflicto, para evitar su uso como armamento.

Además, los drones que usa Ucrania en la guerra contra el invasor ruso, usan el internet de Starlink, que su dueño, el multimillonario Elon Musk, ofreció al inicio de las luchas.

Ucraniados adaptan sus drones para la guerra

Aparte de colocarles proyectiles y convertirlos en armas, los ucranianos han modificado los drones, colocándoles colas 3D para obtener dispositivos más aerodinámicos.

Estas modificaciones a los drones en la guerra de Ucrania son realizadas por Aerorozvidka, una organización sin ánimo de lucro, de acuerdo con un reporte del diario ABC de España.

Ellos también son los responsables de adaptar a los drones granadas antitanque ‘RKG-3’, que el dispositivo dejase caer sobre los objetivos rivales.

Otro modelo en el que Aerorozvidka participó es el llamado ‘R-18’, con un alcance de cuatro kilómetros, y capaz de volar durante 40 minutos con bombas de 5 kilos.