No todos están en éxtasis por el avance de la inteligencia artificial y sus plataformas tan variadas. Noam Chomsky, por ejemplo, tiene fuertes críticas a ChatGPT, la más popular de todas.

El reconocido lingüista y filósofo escribió un artículo junto a dos especialistas, en el que compartió su visión sobre las IA. Él es uno de los que mira con escepticismo el avance tecnológico en el área del aprendizaje de las máquinas.

El artículo donde Chomsky critica a ChatGPT apareció en el New York Times, con el apoyo de su colega Ian Roberts y el experto en IA, Jeffrey Watumull.

Coinciden en que las IA como ChatGPT crean optimismo porque pueden ser útiles para resolver ciertas problemáticas. Pero, en el lado contrario, en el pesimismo, hay muchas preocupaciones. “Tememos que la variedad más popular y de moda de la inteligencia artificial (el aprendizaje automático) degrade nuestra ciencia y envilezca nuestra ética al incorporar a la tecnología una concepción fundamentalmente errónea del lenguaje y el conocimiento”.

Sí, son tecnologías que pueden almacenar inmensas cantidades de información, pero sin determinar cuáles son verídicas o imposibles.

Entonces, los autores plantearon que, “por muy útiles que puedan ser estos programas en algunos ámbitos concretos (como la programación informática), sabemos por la ciencia de la lingüística y la filosofía del conocimiento que difieren profundamente de la forma en que los seres humanos razonan y utilizan el lenguaje”. Por ello, advirtieron que “estas diferencias imponen limitaciones significativas a lo que pueden hacer, codificándolos con defectos inerradicables”.

Críticas a ChatGPT y la inteligencia humana

Una de las grandes capacidades de las inteligencias artificiales es la memorización de datos para tomar una decisión o dar una sugerencia. Pero, los autores recuerdan que la mente humana puede funcionar con pequeñas cantidades de información y buscar explicaciones.
Como ejemplo, Chomsky y sus colaboradores hablaron de un caso de niños aprendiendo un idioma. Allí, a partir del poco conocimiento que ellos tienen, logran establecer relaciones y parámetros lógicos entre las palabras y oraciones. “Esta gramática puede entenderse como una expresión del ‘sistema operativo’ innato genéticamente instalado, que dota a los seres humanos de la capacidad de generar frases complejas y largos trenes de pensamiento”, dijeron.  “Es completamente distinto al de un programa de aprendizaje automático”.

No es inteligencia

Los autores concluyen en que estas aplicaciones no son realmente “inteligentes”, debido a que carecen de capacidad crítica.

Sí, pueden describir y predecir “lo que es”, “lo que fue” y lo que será”, pero no son capaces de explicar “lo que no es” y “lo que no podría ser”.

Y en la elaboración de una explicación no solo hay descripciones y predicciones, también hay conjeturas contrafácticas que no logra una IA.